21.12.10

On the conflict raised by the Sardar Sarovar megadam built on the Narmada river in central India, for those of you interested in the politics of infrastructure.

"On the one hand, it is seen as a war between modern, rational, progressive forces of ´Development´v. a sort of neo-Luddite impulse -an irrational, emotional ´Anti-development´resistance, fueled by an arcadian, pre-industrial dream. / On the other, as a Nehru v. Gandhi contest [...] The Nehru v. Gandhi argument pushes this very contemporary issue back into an old bottle. Nehru and Gandhi were generous men. Their paradigms for development are based on assumptions of inherent morality. Nehru´s on the paternal, protective morality of the Soviet-style centralized State Gandhi´s on the nurturing, maternal morality of romanticized village republics [...] It's possible that as a nation we've exhausted our quota of heroes for this century, but while we wait for shiny new ones to come along, we have to limit the damage. We have to support our small heroes. (Of these we have many. Many.) We have to fight specific wars in specific ways. Who knows, perhaps that's what the twenty-first century has in store for us. The dismantling of the Big. Big bombs, big dams, big ideologies, big contradictions, big countries, big wars, big heroes, big mistakes. Perhaps it will be the Century of the Small." In the Cost of Living, by Arundhati Roy

5.11.10

El Dorado, Carlos Saura

11.9.10

The Secret of El Dorado

45 min. Terra Preta
Watch documentary

20.7.10


Amazonía: el río tiene voces, de Ana Pizarro.

15.7.10

Tainah, An Amazon Adventure
Tania Lamarca

18.5.10

14.5.10


2.5.10

Fundación FUNEDESIN, Fundación para la Educación y el Desarrollo de las Comunidades Indígenas

ONHAE

31.1.10

Disarticulated Urbanization in the Brazilian Amazon,
Brian J. Godfrey, John O. Browder


Rainforest Cities: Urbanization, Development, and Globalization of the Brazilian Amazon (Hardcover)
by John O. Browder (Author), Brian J. Godfrey (Author)

25.1.10

Infraestructura, Futuro y Memoria:
el Bicentenario de la integración territorial

Ana María Durán Calisto
Agosto 2008

“…En aquel imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad y el mapa del Imperio toda una Provincia. Con el tiempo esos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y de los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas”.
Del rigor en la ciencia, en El hacedor
Jorge Luis Borges


El territorio es un documento en continua transformación: maleable, elástico, pródigo e indomable. No sorprende que la ciencia que lo estudia, la geo-grafía, se remita etimológicamente al acto de escribir: en sus diversos estratos permanecen registradas las acciones y presiones ejercidas por diversas fuerzas naturales y sociales a través del tiempo. Ya André Corboz, en 1983, lo equiparó con un palimpsesto, en cuyos trazos la memoria y el olvido se renuevan y reconstruyen. América del Sur esculpe ahora mismo un nuevo territorio y observarlo bajo el lente de la mirada satelital es decodificar la estructura económica y política que rige los nuevos principios de la integración continental y bi-centenaria, pues si bien la independencia sentó las bases para la unificación ideológica, y la celebración centenaria inauguró varias de las grandes obras de infraestructura industrial (las vías ferroviarias, por ejemplo), el bicentenario se encuadra dentro de un proceso sin precedentes de integración infraestructural, política, financiera y militar. Son varias las instituciones (UNASUR, Banco del Sur, IIRSA, CAF, MERCOSUR, OTCA, etc.) y varios los discursos de la integración. Sin embargo, el tablero donde se juega su realidad y donde se encarnan sus principios es el territorio, por eso me propongo reflexionar sobre el papel político y mercantil que juegan las infraestructuras de la unificación.

El IIRSA: pragmatismo integracionista, geo-economía y mercado global

A raíz de que se desencadenaron los procesos de expansión irrefrenable del mercado global en la década de los 90, gracias al surgimiento de las tecnologías digitales que los facilitaron, las ciudades en América Latina, Asia y África han explotado. El comportamiento anárquico y la relativa autonomía del mercado transnacional se han desplegado en un sinnúmero de patrones globales, entre los que cabe destacar el surgimiento de los gobiernos locales (versus nacionales) como principales nodos de gestión política y económica; el del sector privado como el portador de las principales “economías”, cuyo ranking ignora cualquier forma de afiliación nacional; la apertura directa e indirecta de las fronteras políticas como la nueva modalidad de acceso e intercambio de recursos, capitales y personas; y el surgimiento de China, India, Brasil, Rusia y Medio Oriente como los principales mercados emergentes a escala global.

Es un evento sin precedentes en la historia moderna del hemisferio sur que un país sudamericano se haya consolidado como uno de los principales vórtices de desarrollo del mercado internacional. No sorprende, por tanto, que Brasil lidere el proceso pragmático -comercial e infraestructural- de integración regional. En el año 2000, Fernando Henrique Cardoso, entonces Presidente de Brasil, presentó a sus homólogos sudamericanos la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) junto con un equipo técnico del BID (Banco Interamericano de Desarrollo): una ambiciosa propuesta de planificación territorial que incluía en la cartera del período 2003-2006, 351 proyectos de infraestructura de transporte, energía y telecomunicaciones, con una inversión total de aproximadamente 37 billones de dólares norteamericanos. La cartera de proyectos fue ampliada en el año 2007 para acomodar 506 proyectos con una inversión que alcanza los 68 billones de dólares. El plan divide al continente sudamericano en diez ejes de desarrollo, cinco transversales y cinco longitudinales. Y si bien se propone desarrollar infraestructuras de transporte multimodal, energía y telecomunicaciones, el 80% de su cartera actual está compuesto por plantas hidroeléctricas y carreteras .

Son dos las fuerzas principales que han despertado el interés del gigante sudamericano por sus vecinos hispanoamericanos: por una parte, la necesidad de abrir rutas hacia los puertos del Pacífico para poder comerciar con Asia, particularmente con China; y por otra, garantizar la manutención de la cuenca amazónica, pues si bien alrededor del 80% de su sistema hídrico ocupa territorio brasileño, aproximadamente el 70% de sus fuentes se ubican en los glaciares andinos , fuera de su territorio, y en las estribaciones de la cordillera donde existen pendientes idóneas para la construcción de grandes proyectos de generación de energía hidroeléctrica, que pueden tener graves impactos en las zonas bajas de la cuenca. De hecho, la creación en el año 2003 de otro instrumento de integración, la OTCA (Organización del Tratado de Cooperación Amazónica), responde a un reconocimiento de que grandes ecosistemas como el que compone la Amazonia, no pueden ser tratados aisladamente, dentro de las barreras que imponen las fronteras nacionales, menos aún cuando está en juego un quinto del agua fresca del planeta -un recurso que se prevé será en pocas décadas el más codiciado de la economía mundial.

Las cartografías del poder: territorios y visualización

Los documentos de la planificación territorial no son papeles inocuos, al contrario, las cartografías, más allá de ilustrar los territorios a los cuales se remiten, tienen la capacidad de transformarlos. Por eso, no debe subestimarse el papel que han jugado los Sistemas de Información Geográfica, Google Earth, las imágenes satelitales, el remote sensing y otras tecnologías de macro, tele, subte y supervisión en la reformulación del continente sudamericano: paradójicamente, la percepción de lo local ha sido renovada por una capacidad masiva de visión a la distancia. De hecho, un programa de planificación territorial a escala continental, que se propone alcanzar la mayoría de sus objetivos en el transcurso de dos o tres décadas, hubiera sido impensable sin estas herramientas. Y cada uno de sus trazos infraestructurales, desde que ocurre en el papel, constituye un gesto que altera para siempre el ecosistema sobre el cual se inscribe. Las infraestructuras del IIIRSA atravesarán varios eco-sistemas frágiles en el continente sudamericano. Preocupa de manera fundamental el futuro que se avizora para la Amazonia, portadora de cuatro de los diez ejes de la Iniciativa.

En la coyuntura bi-centenaria, es de fundamental importancia reforzar los principios de una integración continental, necesaria de cara a los retos impuestos por la economía global, sin dejar de preguntarse cuáles serán las consecuencias de que áreas tradicionalmente remotas, que han permanecido relativamente invisibles durante siglos, hayan sido cartografiadas, cuantificadas, avaluadas y reconfiguradas como mega-inventarios geográficos y depósitos de materias primas (incluida el agua), prontos a la extracción y comercialización. Los flujos de personas, mercancías, capitales e información dependen de la construcción y consolidación de redes infraestructurales genéricas de transporte, energía y telecomunicaciones. Por su naturaleza industrial y estándar, las carreteras o los oleoductos permanecen inmutables ya sea que crucen pantanales, desiertos o forestas. La ingeniería de las infraestructuras no ha sido pensada para responder a las condiciones variables del medio geográfico y social que remontan. ¿Qué ocurre en los puntos de encuentro entre dichas infraestructuras genéricas y las condiciones medioambientales y culturales específicas de un asentamiento, una comunidad o un ecosistema? Habría que preguntarse, ¿está poniéndose en venta, una vez más y a una escala monumental, la geografía sudamericana?

El territorio no puede cartografiarse más allá de la economía, ni la economía planificarse fuera del territorio. Por otro lado, es deseable que el diseño de la infraestructura –su recuperación, construcción, articulación y expansión- responda a una lógica coordinadora, de modo que facilite el intercambio y permita complementar la oferta y demanda de las economías de los doce países que conforman el bloque sudamericano. Y si bien el Comunicado de Brasilia expedido el 1 de septiembre del año 2000, alude a dicha visión y aboga por una integración complementaria de los países de América del Sur basada, incluso, en la expansión de la educación y los sistemas de información y telecomunicaciones, las imágenes publicadas por el IIRSA no hacen eco de las palabras inscritas en el Comunicado. Es vital cuestionar si dicha Iniciativa es el proyecto visionario que responde a la incuestionable –valga la redundancia- necesidad de afianzar América del Sur como un bloque con un mercado, una economía y un territorio comunes, y que para alcanzar este fin propone equiparla con un sistema infraestructural capaz de articular nuestras rutas terrestres, fluviales, aéreas, marítimas y digitales, así como sintonizar nuestro sistema de producción energética, agrícola e industrial dentro de un nuevo campo regional de libre comercio (“regionalismo abierto”); o si su propuesta reproduce patrones típicos de las economías de extracción.

América del Sur, desde que la descubrió Europa, ha acumulado una larga historia que ilustra con claridad la lógica subyacente en la mentalidad extractiva que rige gran parte de su economía hasta el día de hoy. Ni la independencia ilustrada ni el centenario con aspiraciones industriales lograron revertir los círculos viciosos de las economías de boom y depresión que se basan en la mera extracción de recursos naturales y exportación de materias primas. A riesgo de caer en un reduccionismo que seguramente escandalizaría a economistas e historiadores por igual, me atrevería a decir que en el territorio se acumulan las marcas de un patrón perturbador. Puntean, estrían o rasuran la geografía sudamericana los paisajes de la extracción y las infraestructuras que facilitan los flujos de materia y energía a escala regional y global. En las décadas de la Modernidad fueron los Estados nacionales, dirigidos por dictaduras en la mayoría de los casos, los que promovieron la construcción de grandes obras de infraestructura encaminadas a usufructuar los recursos primordialmente minerales de diversos países. Con la geografía como hipoteca para obtener onerosos préstamos que incrementaron las deudas internacionales de América del Sur a niveles sofocantes, se financiaron las monumentales obras de la industria de la extracción. El problema que surge cuando una infraestructura se construye con fines meramente extractivos, es que sus beneficios no se distribuyen en la sociedad. Al contrario, suelen centralizarse en grupos de poder que difícilmente los redistribuyen: se convierten en capitales de fuga que se re-inyectan en el mercado financiero internacional, en un ciclo perverso que devuelve un hilillo al caudal que le dio vida. Basta ver las condiciones en las que viven las comunidades y asentamientos de la extracción para comprobar la asimetría que generan sus sistemas productivos. Por otra parte, la inversión tecnológica eventualmente cae en desuso. ¿Qué queda? Queda la colonización informal y desoladora de la infraestructura, queda la deuda externa, quedan la deforestación y el avance de la frontera agrícola, quedan los inmensos costos medioambientales.

El patrón no es menos vicioso cuando lo gobierna el sector privado, o una alianza entre el sector público y el privado. En la década de los 90 experimentamos un acelerado índice de privatización de la infraestructura en América del Sur. De hecho, los conductos son, per se, uno de los principales negocios en la era de los ramajes globales: la infraestructura no es únicamente medio, también es mercancía. Las corporaciones transnacionales acumularon un poder y una fuerza sin precedentes, y se convirtieron en las principales benefactoras de nuevas olas de extracción de materia prima que pudiesen alimentar el crecimiento inverosímil de las urbes a escala planetaria, sobretodo en mercados emergentes como el asiático, y apoyar la expansión de la industrial digital, que como lo ha demostrado Saskia Sassen, no es una industria “virtual” e intangible, pues su mundo evanescente se apoya en un sistema tangible, a veces macizo, de infraestructura . Al finalizar la década de los 90, sin embargo, varias de las economías de América Latina comenzaron a descalabrarse (fueron diversos los nombres con los cuales se bautizaron las crisis: corralito, efecto tequila, congelamiento de fondos, etc.) bajo la presión de políticas neo-liberales que reforzaron al sector privado, incrementaron la porosidad de las fronteras e instauraron a las corporaciones transnacionales en el pináculo de la economía global, a detrimento de los espacios y agencias públicos a toda escala. La reacción de péndulo en América del Sur fue que surgieron gobiernos de corte neo-socialista liberal a lo largo y ancho del continente. Las políticas económicas se revirtieron parcialmente y emergieron mecanismos de alianza gracias a los cuales los Estados, que se asumían encogidos bajo las presiones de las previas políticas neo-liberales, recuperaron su poder, jugando un papel estratégico que otorga concesiones a las empresas multi-nacionales (o no) y garantiza (o no) un nivel de seguridad mínimo a las inversiones extranjeras. Si bien dentro del nuevo orden global los estados nacionales parecen haber perdido jurisdicción y autonomía, reduciéndose a jugar el papel de substrato institucional, de anacronismo erosionado por los flujos de las economías transnacionales que los soslayan; sus poderes ejecutivos han adquirido una agencia sin precedentes al afiliarse con los intereses corporativos, cuya carrera en la lucha por los recursos naturales adquiere velocidades vertiginosas .

En este punto, conviene devolvernos a la cartografía. Tomemos el caso del mapa de Petroperú que muestra los bloques que han sido concedidos a más de veinte compañías con fines de prospección y potencial extracción de petróleo en la Amazonía peruana. Basta una mirada para comprender que la noción misma de territorio nacional se pulveriza en un sistema de parches concedidos, relativamente autónomos, relativamente privatizados por un período de tiempo. ¿Cómo puede hablarse de integración en una etapa de pulverización territorial? Lo único que parece zurcir los fragmentos de una nueva forma de hacer extracción es, justamente, la infraestructura. Por eso la colosal importancia del IIRSA, una propuesta que a pesar de su magnitud y el impacto que está destinada a tener en América del Sur, ha permanecido, como lo anotó el ex-Presidente de la República del Ecuador y primer Secretario Ejecutivo de UNASUR, Dr. Rodrigo Borja, en la penumbra. Lo que no hay que olvidar es que las infraestructuras ligan e integran a la vez que rasgan y separan. El IIRSA es un arma de doble filo desde el punto de vista geográfico. Podría hilvanar a América del Sur, o terminar de fracturarla.

De los TLC a las ZELC

Vale la pena, por ejemplo, detenerse a observar los patrones de proliferación de Zonas (Especiales) de Libre Comercio que puntean cada vez con mayor ahínco el continente sudamericano y aparecen afiliadas con los aeropuertos que se edifican o reconstruyen en las costas, selvas, montañas y pampas de Sudamérica. Las ZELC, al abrir portones de intercambio en países cuyas políticas neo-socialistas han impedido a menudo la ejecución de Tratados de Libre Comercio (y la apertura de sus cordones fronterizos) logran el mismo objetivo económico con una estrategia infraestructural que soslaya los engorrosos trámites políticos de la negociación. La construcción del nuevo aeropuerto internacional de Quito es un caso en punto. ¿Cuál es la contrapartida de su desplazamiento? Que los espacios vagos y los vacíos que deja detrás la migración infraestructural están siendo rehabilitados y remediados como espacios públicos (en el caso de Quito, el aeropuerto actual se convertirá en el Parque del Lago y se lanzará el proyecto como parte de las celebraciones bi-centenarias), transformando los tejidos urbanos de nuestras ciudades y generando nuevos nodos de expansión urbana en los bordes.

La estrategia alternativa desplegada por el sistema orgánico y aparentemente anárquico del mercado global (perforar compuertas versus abrir las bandas fronterizas) genera áreas de impunidad económica donde se permite el flujo ininterrumpido de productos de exportación e importación. Estas zonas pueden tener componentes industriales, tecnológicos y de servicios –el outsourcing es un caso en punto. Es decir, son verdaderas ciudades (una versión industrial del gated community) que se construyen ya sea para acomodar la manufactura (maquilas) de empresas transnacionales que aprovechan la diferencia en los costos de la mano de obra, mal llamada “ventaja comparativa”, o que buscan implantarse de manera estratégica para facilitar el comercio de materias primas o la provisión de servicios. Es una táctica brillante, sin duda, porque como ya se ha anotado, soslaya los engorros, la corrupción e ineficiencia de la burocracia local. Las ZELC constituyen burbujas legales, en ellas no se aplican tarifas ni cuotas, todo es posible. Fronteras dentro de fronteras, fronteras de un sistema global de mercado que se insertan en un sistema nacional de Estado para inocular componentes o productos terminados o semi-procesados del exterior y aspirar recursos manuales, intelectuales o naturales del interior. Inevitablemente van acompañadas de un urbanismo infraestructural: la afiliación con el umbral, con la compuerta, con la infraestructura, las define.

Muchas de estas Zonas Especiales de Libre Comercio se están implantando en regiones remotas, como ocurre en la costa peruana, al occidente de Arequipa, donde una ZELC está siendo propuesta y financiada por un grupo de inversionistas chino, o en la isla de Santa Rosa en la Amazonía peruana, en las Tres Fronteras, donde la ciudad conformaría un triángulo estratégico con otras dos: Leticia, en Colombia, y Tabatinga, en Brasil. No sorprende que la ZELC más desarrollada y extensa de Brasil esté en Manaos: un centro industrial, comercial y agrícola en el corazón de la Amazonia. Su inserción en zonas remotas contribuye a descentralizar la economía, pero también altera el entorno en ecosistemas de fragilidad extrema. Si esto está ocurriendo conforme escribo, y los puntos portuarios se articulan con todo un sistema de intercomunicación global, todavía estamos a tiempo para rediseñar el futuro de zonas que de otro modo decantarán como entropía, como los desechos del “desarrollo”.

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La coyuntura es crucial, pues en lugar de repetir los modelos de industrialización de Norteamérica, Europa y Asia, América del Sur podría convertirse en el terreno ideal donde poner a prueba modelos de desarrollo sostenible, post-industriales. Si los minerales fueron la sangre de la era industrial, es la materia orgánica el futuro de la era post-industrial. Si la biotecnología es el futuro, el Amazonas es el centro y América del Sur está llamada a jugar un papel pivote en la formulación de modos de producción, estilos de vida y urbes más sostenibles. Desde el punto de vista tecnológico e ideológico, ¿constituye el IIRSA un avance? ¿Promueve la construcción de infraestructuras verdes, poblaciones sanas y una industria con valor agregado? ¿Estimula el desarrollo de nuevas tecnologías que nos permitan elevar nuestros productos y servicios por sobre la línea base de la extracción? Un organismo crea el nicho que ocupa conforme ubica la existencia de un territorio inexplorado en el ecosistema. América Latina, a través de una diversificación, no de una reproducción, podrá abrirse un nicho en el competitivo mercado global.

Urbanismos Infraestructurales

El IIRSA estipula claramente que uno de sus objetivos primordiales es “facilitar acceso a áreas con un gran potencial productivo que permanecen aisladas o sub-utilizadas”. Sabemos de sobra lo que abrirse paso a las fuentes de materia prima o las áreas con potencial energético involucra: se trazan ferrovías; rutas aéreas, marítimas y fluviales; pero por sobre todo, se construyen carreteras. Lo que diferencia a éstas últimas de todos los anteriores medios de transporte, es que el patrón de desarrollo que generan no responde a una secuencia, o columna vertebral, con intervenciones puntuales, sino más bien desencadena una entropía transversal y continua que se comporta como un fractal: las líneas de las carreteras se multiplican en caminos secundarios, que a su vez generan otros caminos. Abrirse paso a las fuentes de materia prima es abrir las compuertas de la colonización y desencadenar procesos de migración hiperactiva y multi-direccional. El fenómeno que ocurre en la intersección de las necesidades globales y los hechos de la materia local podría denominarse ‘urbanismo infraestructural’.

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Si América del Sur, para “desarrollarse” (y es éste un término peligrosamente malentendido), necesita desplegar una red infraestructural, es vital analizar cuáles son las consecuencias espaciales y geográficas –eventualmente sociales, culturales y medioambientales- de su construcción y renovación. Tradicionalmente, los imanes de la ocupación y la eventual urbanización del suelo han sido la proximidad a una fuente de agua, suelos ricos en nutrientes o rutas comerciales. Los urbanismos infraestructurales en las zonas remotas derivan de una lógica distinta: ocurren a lo largo de rutas de acceso en geografías a menudo hostiles, y suelen depender de la provisión de productos externos para sobrevivir. Por otra parte, se sabe que el crecimiento urbano no puede ocurrir sin una concomitante expansión de las zonas agrícolas. Cuando se estudian las contrapartes de una explosión urbana sin precedentes en la historia, se descubren los inmensos pastizales y mono-cultivos que la sostienen, por un lado; las úlceras de la minería, por otro.

Infraestructuras verdes

Según el Financial Times Limited , para añadir cuatro puntos al crecimiento anual del Producto Interno Bruto necesita invertirse entre 5 y 9 por ciento en infraestructura. Sin duda, la economía crece propulsada por un impulso infraestructural. Habría que preguntarse, sin embargo, si el retorno varía para elementos que sirven primordialmente a la extracción, así como delinear curvas de retorno e inversión a largo plazo, e incluir los costos medioambientales y sociales en estos cálculos. De lo contrario, una economía territorialmente ciega traza oleoductos, canales, diques, carreteras, puentes, puertos, redes de cables, y un sinfín de medios de movilización sin cuestionar su naturaleza, que podría ser distinta, si se presupuestaran de manera que incluyan los costos del impacto que provocan.

Acaso entonces los gobiernos y la empresa privada invertirían mayores fondos en el desarrollo de infraestructuras verdes. Por ejemplo, si se toman en cuenta los costos medioambientales de la construcción de un sistema de generación hidroeléctrica, u otro proyecto cuya sola escala basta para detonar un impacto de elevadísimos costos sociales, se desarrollarían con mayor celeridad sistemas de micro-infraestructuras, que por su menor escala, tienen un menor impacto y cuestan menos a largo plazo. Una serie de micro-represas hidroeléctricas alcanza un mayor costo inicial si se quiere que produzca tanto como una sola mega-represa, pero a largo plazo, su impacto en el medio ambiente es mucho menor, y el ahorro que genera termina por beneficiar más a la sociedad que un mega sistema centralizado. Lo mismo podría decirse, por ejemplo, de micro-sistemas de captación, reciclaje y tratamiento de agua, que en vez de conectarse a una matriz central, actúen como una opción wireless o un-plugged, otorgando autonomía y capacidad de ahorro a los usuarios, y efectuando, por efecto multiplicador, una reducción de la degradación medioambiental. Sabemos por la matemática y el análisis de los sistemas dinámicos, que un cambio infinitesimal en las condiciones iniciales, produce una transformación sustancial a gran escala en las condiciones finales. Los futuros desarrollos infraestructurales pueden beneficiarse del efecto detonador de lo minúsculo y ser capaces de mediar el encuentro entre la escala continental y aquélla local. Incluso desde el punto de vista de la seguridad, las micro-infraestructuras constituirían una mejor opción que las grandes obras de ingeniería, en la medida en que son estas últimas las que sirven de target al terrorismo, pues si se derrumban, se derrumba con ellas el sistema. En lugar de ser objetos de centralización de recursos, las infraestructuras pueden ser medios de democratización, y contribuir a distribuir servicios públicos, por ejemplo, o ampliar el acceso a la educación y salud a grandes sectores de la población.

América Latina, si se lo propone como parte de su plan de integración y desarrollo económico diseñado en el bicentenario para el siglo XXI, puede desencadenar un proceso de renovación global desde su marginalidad. El relativo aislamiento en el cual hemos permanecido, nos provee una ventaja. La ventaja de no habernos desarrollado bajo los lineamientos de un paradigma industrial insostenible.

Nuevas centralidades: las periferias de la periferia - el caso amazónico

La Amazonia es el laboratorio ideal para estudiar, en las dendritas de la inteligencia capitalista, las relaciones entre lo global y lo local, sus efectos en el límite mismo, en la periferia de periferias, donde están latentes, como en pocos otros lugares remotos, las restricciones mismas del sistema. En estos puntos críticos, se espera, puede encontrarse el terreno idóneo para formular un nuevo paradigma de desarrollo. Allí puede ponerse a prueba todo lo “verde”: las infraestructuras verdes, la industria verde, los urbanismos ecológicos, las energías limpias, los sistemas agrícolas mixtos o agroforestales, los urbanismos agrícolas, las potencialidades de la biotecnología, las posibilidades de los paisajes y los suelos antropo-génicos. Ya los arqueólogos demostraron que la actividad humana puede ser positiva en la Amazonia. Sus culturas prehispánicas supieron no sólo cuidar, sino además engrosar suelos pobres para incrementar su productividad agrícola. Con esto no quiero decir que favorezco una colonización masiva de la selva, o su conquista agrícola. Simplemente que miro con optimismo la relación entre el ser humano y la naturaleza, y que esta última puede cultivarse en un ecosistema de fragilidad y riqueza extremas. Por otra parte, permanezco optimista con respecto a la tecnología. Además de brindarnos soluciones de diseño medioambiental, puede proveernos con las herramientas necesarias para aliviar malestares sociales. Un caso puntual es un sistema de comunicación basado en la captación de energía solar que se ha implantado en varias comunidades indígenas de la foresta brasileña, para otorgarles el beneficio de la interconexión inmediata en un medio donde predominan patrones de dispersión poblacional.

El viaje como respuesta a la ceguera territorial de las geo-economías

La lógica de la economía a menudo ha adolecido de una ceguera territorial. Se afilia con la ingeniería y resuelve el cómo extraer qué de dónde. Es decir, sus estrategias se han desplegado sin la debida planificación del espacio físico. Su herramienta primordial son las cartografías digitales: enormes bases de datos que correlacionan diversos parámetros útiles a la planificación econométrica. Los mapas que al trabajar con el territorio a la distancia lo pulverizan, desvelando patrones, estructuras y sub-estructuras, e incluso causas, gracias a la eliminación del detalle, deben ser complementados con otros que se dibujen caminando, navegando, recorriendo las minucias del espacio, tomando en cuenta que los observadores –lejanos o cercanos- son un componente inextricable de todo un sistema.

Si miramos, por una parte, desde la lejanía, a la cuenca amazónica, veremos que infraestructuras como la carretera transamazónica o la BR 163 que liga a Santarém con la frontera boliviana, inevitablemente generan patrones de desbroce. Paradójicamente, los mismos sistemas cartográficos que permiten el diseño y la inserción territorial, se han convertido en medios para defender de diversas formas de invasión al territorio mismo. Los sistemas de información geo-referenciada como GEOSUR, las redes descentralizadas de servidores de mapas, el mecanismo geo-integrador (open source), los datos geo-espaciales, la visualización regional de datos nacionales y el programa CONDOR 2.0 (el primer intento por brindar una herramienta de mapeo interactiva sudamericana por parte de la CAF en coordinación con Conservación Internacional) proveen otra forma de integración y permiten analizar y evaluar de forma preliminar el posible impacto ambiental y social de grandes proyectos de infraestructura vial, así como establecer diversos mecanismos de control.

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¿Por qué el control es una preocupación preponderante en la Amazonia? Porque está plagada de ilegalidades: se ha convertido en uno de los principales centros de plantaciones de coca y amapola; el río es una arteria vital en el tráfico de cocaína y opio; la explotación sexual de niños ocurre a lo largo de todo el trayecto fluvial; la deforestación selectiva provoca un encogimiento del dosel de la selva; la deforestación total se abre paso hasta en las zonas más recónditas; la apropiación intelectual de los conocimientos de las comunidades de la selva sigue a la orden del día; el tráfico ilegal de animales no cesa; y la esclavitud (en el sentido literal de la palabra) sigue constituyendo una forma de explotación laboral. Incluso existen infraestructuras ilegales. No solamente aquéllas que se afilian con la industria del narcotráfico: muchas más. Según el Imazon (Instituto del Hombre y el Medioambiente de la Amazonia) “la selva brasileña tiene al menos 95.355 kilómetros de carreteras ilegales, diez veces más que las vías oficiales” y muchos nuevos municipios o localidades fantasma son ilegales -acaso la razón por la cual el GPS no identifica varias de las localidades amazónicas, a pesar de su tamaño.

Es interesante observar que las ilegalidades que parecen encontrar en el dosel de la selva el encubrimiento ideal, han pulverizado las huellas que dejan justamente como respuesta a los sistemas de control satelital, cuya capacidad de supervisión y mapeo incrementa conforme se agudizan las estrategias de la fracturación territorial: la deforestación selectiva, la agricultura en archipiélagos, el uso de vertientes secundarias e incontrolables para la transportación de drogas, animales u otros productos vedados por la ley.

El mundo construido como recurso natural y la importancia del diseño

La arquitectura, la ciudad y la infraestructura necesitan ser re-conceptualizadas como recurso natural, y no pueden seguirse elaborando planes de desarrollo sin la participación de diseñadores (arquitectos, planificadores urbanos, diseñadores urbanos, arquitectos paisajistas, etc.) que puedan elaborar propuestas al unísono con ingenieros, economistas, ecólogos, matemáticos y expertos de diversos campos. La integración de las disciplinas es otra forma de unificación vital de cara a los retos que plantea el futuro. Al fin y al cabo, la industria de la construcción absorbe el 50% de la obtención y extracción de materiales, produce 217 tipos de impactos ambientales, consume el 26.15% de la energía final gastada y produce el 50% de la contaminación que sufrimos. Tanto los diseñadores que trabajan del lado de la extracción, como aquéllos que diseñan en las zonas de acreción material, están llamados a proveer respuestas efectivas a la problemática medioambiental. Sin embargo, la participación del diseño ha sido mínima, acaso nula, en los programas de planificación territorial. Las consecuencias nefastas de la ausencia de diseño se vuelven aparentes en el mundo desarrollado, en contracción, donde un sinnúmero de proyectos de recuperación de grandes zonas industriales acuden ahora a las disciplinas del diseño para buscar formas de rehabilitar espacios que fueron diseñados con una lógica económica e ingenieril. Grandes infraestructuras de la era industrial están siendo remediadas como parques y espacios públicos. Si aprendemos las lecciones del norte, podríamos diseñar las infraestructuras del futuro tomando en cuenta su ciclo de vida en el sur.

Incluso queda por cuestionarse si desde el flanco del diseño, estamos equipados para responder a las condiciones únicas de un ecosistema con las herramientas de los estándares y la normativa medioambiental. Mecanismos que se asumen verdes, como la certificación LEEDS, colapsan cuando se aplican a ecosistemas como el amazónico. ¿Es posible responder a ecologías de características únicas con estándares “verdes”, normas y certificaciones genéricas? ¿O constituye este sistema una mera variación de las generalizaciones de la mentalidad industrial? Acaso los urbanismos paramétricos y los modelos dinámicos de las ecologías urbanas provean mejores alternativas para el diseño de futuras intervenciones en diversos ecosistemas. Para el caso específico de la Amazonia, y tomando en cuenta que todas las respuestas se encuentran en el territorio (ya sea en versiones formales o informales), la cuenca podría constituirse como un paisaje productivo donde los principales componentes de la infraestructura y el urbanismo son flotantes: podemos aprender de las industrias navales chinas, que manufacturan sus productos en tránsito, para reducir tiempos de transporte; las ciudades flotantes como Iquitos; e incluso, los hospitales o las escuelas que navegan el río en un intento por proponer alternativas educacionales y de salud acordes con el entorno al cual sirven.

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Por otra parte, el sistema de parques y reservas naturales podría reforzarse. Sabemos gracias a la cartografía, que nos permite develar patrones, y por tanto, causas, que su presencia reduce los procesos de urbanización: la densidad poblacional se diluye en los alrededores de las zonas protegidas. Y además de las públicas, las reservas privadas, por ejemplo, también pueden jugar un papel cada vez más importante en términos de la conservación medioambiental. De hecho, lo hacen ya, generalmente afiliadas con la industria del turismo.

El Bicentenario como dimensión simbólica de la infraestructura

Las infraestructuras no son sistemas silenciosos, a-semánticos, objetos funcionales vaciados de contenido o ideología. Todo lo contrario: significan progreso y desarrollo; simbolizan fuerza y unificación. Muchos de los proyectos de infraestructura que los Ministerios de Obras Públicas de diversos gobiernos sudamericanos tenían planificado ejecutar, han sido incluidos en la cartera del IIRSA, y otros tantos, están siendo o serán inaugurados en conmemoración de los diversos Bicentenarios de la Independencia que la mayoría de países en América del Sur celebran, celebraron o se preparan para celebrar. La alianza es perfecta: cumplimos dos siglos de independencia y, para sobrevivir en la inclemente competencia del mercado global, nos unificamos infraestructuralmente. Además de una triple significación: autonomía, integración y progreso, el Bicentenario infraestructural provee una plataforma para la rememoración, la auto-evaluación y la evaluación del discurso ideológico, y el fin mercantil, de las infraestructuras del IIRSA.

Y si puedo cerrar este ensayo con un optimismo atípico en el mundo contemporáneo, con el optimismo que me dejó un viaje a lo largo del río Amazonas, me atrevería a decir que si el Nilo es el padre de la civilización egipcia; el Volga, de la rusa; y el Yangtsé, de la China; la civilización que ha engendrado y está por engendrar el Amazonas, está destinada a ser grandiosa, y en consonancia con la fuerza selvática, el caudal de vida, la generosidad y magnificencia del río mar. América del Sur no se puede dar el lujo de ignorar el papel fundamental que está llamada a jugar conforme se escriben los paradigmas del futuro post-industrial, y Brasil deberá continuar liderando el proceso, como le corresponde al único país en América del Sur que comparte fronteras con todos los demás, salvo dos: Chile y Ecuador. Cada paisaje es una forma de pensar. El Amazonas es símbolo supremo de la juventud ancestral, del sistema que se renueva, perenne, y está hecho de pequeñas muertes continuas… del río y su selva sabremos derivar las nuevas estrategias del desarrollo.

Bibliografía
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Páginas web
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www.socioambiental.org
www.ft.com
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www.comunidadandina.org
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www.amazonguide.com.br/mapas/mapmanaus.htm
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www.mct.gov.br
www.petroperu.co.pe
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www.perspectiva.inf.br, geo@perspective.inf.br
www.potlatch.com.ar/beta/index.php?option=com_content&task=view&id=67&Itemid=2
www.senado.gov.br-web/Senador/Mestrinho/mapaam.htm

Agradecimientos
Este artículo no hubiera sido posible sin las conversaciones personales o digitales que he sostenido con María Josefa Arquero, Rosalía Arteaga, Mojdeh Baratloo, Rodrigo Borja Cevallos, Felipe Correa, Juan Herreros, Yolanda Kakabadse, Jaskran Singh Kalirai, Horacio Lofredo, Antoni Muntadas, Richard Plunz, Mónica Ponce de León, Saskia Sassen, Jorge Silvetti y mis entrañables amigos, que surcaron conmigo el Amazonas, Katy Barkan, Nicole Beattie, Santiago del Hierro, Jimena Leiva, Manuel Mansylla y Catherine Venart.

Imágenes

Imagen 1: Santa Rosa, Perú. Isla propuesta para albergar una futura Zona de Libre Comercio
Fotografía: Santiago del Hierro

Imagen 2: Centro financiero (en el fondo) y puerto comercial de Manaos, Brasil
Fotografía: Santiago del Hierro

Imagen 3: patrón de desbroce lineal en las afueras de Santarém
Fuente: Google Earth

Imagen 4: patrón de impacto de la carretera BR163
Fuente: Google Earth

Imagen 5: ciudad flotante, Iquitos, Perú
Fotografía de Santiago del Hierro

23.12.09

Dejar el petróleo en la tierra, desafío de la Amazonia ecuatoriana

Comparto este texto de Víctor Flores García:

Hacia la Cumbre del Clima en Copenhague
Dejar el petróleo en la tierra, desafío de la Amazonia ecuatoriana
http://semanal.milenio.com/node/1524

El presidente Rafael Correa propone recibir recursos compensatorios para poder evitar la explotación petrolera de la Amazonia, así como la emisión de gases carbono y la degradación de la reserva natural que esto provocaría.

Una inédita moratoria a la explotación petrolera en la Amazonia ecuatoriana es el desafío que lanzará Quito a la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático a realizarse en diciembre próximo en Copenhague, a cambio de fondos equivalentes a la mitad de lo que recibiría Ecuador si explotara esos hidrocarburos. La idea que contrasta con la feroz competencia de sus vecinos de Perú, Bolivia y Venezuela por atraer a toda costa inversiones petroleras. El conflicto étnico y ecológico desatado por la Amazonia es tan agudo que en el vecino Perú cientos de indígenas masacraron en junio a 26 policías cerca de la frontera con Ecuador, en venganza por la represión a su movimiento antipetrolero, que dejó nueve nativos muertos.

La ONU busca un nuevo acuerdo para frenar el temido calentamiento del planeta causado por los gases contaminantes emitidos por la actividad industrial. El Pacto de Kyoto II, sucesor del primero firmado en esa ciudad japonesa en 1997, contempla la creación de un poderoso fondo multilateral contra el cambio climático para impedir el aumento de la temperatura terrestre en dos grados centígrados. Hasta 2030 este fondo contará, según la Agencia Internacional de Energía, con 10 mil 500 millones de dólares, debiendo los países más ricos cubrir la mitad del gasto.
LAS VACILACIONES DE CORREA
Luego de muchas dudas y retrocesos, con la búsqueda de compensaciones en la mira, el presidente Rafael Correa venció la tentación de explotar junto con petroleras privadas y monopolios estatales de países vecinos (como Venezuela y Bolivia) una reserva petrolera de unos 850 millones de barriles descubierta en el Parque Yasuní, reserva natural en la Amazonia ecuatoriana con una de las biodiversidades más ricas del mundo. Con un factor de recuperación de 10 por ciento de ese hidrocarburo, según la tecnología actual, y con un precio promedio de 70 dólares el barril, la explotación de este petróleo pesado significaría para Ecuador entre cinco y seis mil millones de dólares.

Las reservas de hidrocarburos del Parque Nacional Yasuní en la Amazonia ecuatoriana alcanzan casi 20 por ciento del total conocido en el pequeño país, cuya economía está anclada a la renta petrolera: en 2008 el oro negro brindó casi la cuarta parte del Producto Interno Bruto (23 por ciento), dos terceras partes de las exportaciones (63 por ciento) y casi la mitad del presupuesto del gobierno (47 por ciento). El proyecto de Ecuador supera la visión del primer Protocolo de Kyoto, orientado a la absorción de las emisiones contaminantes mediante los denominados “bonos de carbono”, que son compensaciones económicas de los países industrializados destinados a la conservación ecológica por cada tonelada de CO2 que exceda una cuota fija de contaminación permitida. Pero Quito no sólo habla de absorber las emisiones con reforestación, sino de evitarlas antes; pero aunque intentó vincular el singular proyecto Yasuní al mercado de bonos de carbono, esta pretensión no prosperó y el país tuvo que diseñar su propio camino.

La primera reacción positiva llegó este año desde Alemania, cuna del movimiento ecologista global: el Parlamento y el gobierno de Angela Merkel se comprometieron a financiar este proyecto con unos 50 millones de euros anuales, 650 millones de euros por 13 años, tiempo que duraría el beneficio que produciría la explotación del crudo del parque nacional Yasuní. Otros países como Noruega y organizaciones como la Comunidad de Madrid y decenas de personalidades respaldan la idea.

El economista Alberto Acosta es uno de los creadores del proyecto. Fue presidente de la Asamblea Constituyente hasta junio de 2008 y ministro de Energía en 2007, cuando propuso el esquema por vez primera. Fundador del Movimiento País, organismo político del presidente Correa, Acosta lanzó la iniciativa siendo ministro de Estado, lo que generó sucesivos choques con el presidente, a quien ahora le cuestiona su “estilo autoritario” (M Semanal 615, 27-07-09). Acosta explica a M Semanal su iniciativa: el proyecto Yasuní, conocido como ITT (siglas de los tres mayores pozos de exploración ya perforados en el parque amazónico: Ishpingo-Tambococha-Tiputini), es el mascarón de proa de una “revolución ecológica”, un modelo alternativo de desarrollo a partir de una economía postpetrolera para el mundo que, sólo en la Amazonia ecuatoriana, ofrece impedir la emisión de unas 410 millones toneladas de gas carbono y frenar la deforestación y la contaminación de los suelos que provocaría un colapso de los mantos de agua dulce en el continente.
EL ORIGEN DE UNA IDEA EXÓTICA
La idea surgió al calor de las luchas de resistencia de los pueblos indígenas en el centro sur de la Amazonia, orientadas a impedir la actividad petrolera en sus territorios; también de los grupos de colonos mestizos en la Amazonia norte y de los pueblos indígenas afectados por la actividad de la compañía Chevron, antes Texaco, lo que generó un juicio contra la petrolera por daño ecológico masivo. La enorme biodiversidad de la Amazonia —resume Acosta— se produjo al no haber sido afectada por la glaciación del planeta en la última era del hielo, cuando el norte y el sur fueron copados por glaciares. Las selvas que convirtieron en crudo sus entrañas son reservas de la era del Pleistoceno. Allí se concentró la vida y desde allí se repobló lo que hoy es esta zona amazónica. En un solo árbol del Yasuní puede haber mayor número de especies de escarabajos nativos que en toda Europa, y en una hectárea amazónica hay mayor número de especies de árboles nativos que en toda América del Norte, ilustra Acosta, quien recuerda que la propuesta provocó enfrentamientos dentro del gobierno de Correa, quien al principio tuvo algunos reparos debido a las urgencias económicas del empobrecido Ecuador: “Les resultó inconcebible que el propio ministro de Energía propusiera dejar el petróleo en el suelo y no explotarlo”, comenta Acosta al recordar las críticas.

Como titular de Energía, Acosta presidía el directorio de Petroecuador y así se enfrentó con el director ejecutivo de la empresa estatal, Carlos Pareja, determinado a sacar el petróleo amazónico y quien presionaba dentro y fuera del gobierno para acelerar su explotación así como el finiquito de los trámites para entregar el yacimiento a varias empresas petroleras. El funcionario negociaba en secreto con las empresas estatales de Chile (Enap), China (Sinopec) y Brasil (Petrobras) y conversaba bajo la mesa con la estatal venezolana (PDVSA, la joya de la corona de Hugo Chávez) para extraer rápidamente millones de toneladas de hidrocarburos. Esto hasta que una mañana Correa escuchó los argumentos enfrentados y optó por apoyar las tesis de su amigo Acosta: dejar el petróleo en tierra, siempre que se logre una compensación financiera internacional porque el tema económico, más que el ecológico, siempre fue el centro del debate. Quizá por eso el mandatario osciló errático después, entre un mar de presiones, y un día decía una cosa en el extranjero y al siguiente día lo contrario en Ecuador, hasta que pasó la aprobación final de la veda hacia medidos de 2009.

Durante las discusiones entre Correa y Acosta, el ministro aseguraba al presidente que la extracción de petróleo por sí sola no era suficiente para desarrollar al Ecuador, país con una larga tradición de explotación petrolera en la Amazonia y que aun así no se ha desarrollado. Comenzó a exportar el petróleo amazónico desde que fluyó por primera vez en 1967, y desde agosto de 1972, cuando zarpó el primer cargamento de crudo al extranjero, se han extraído más de cuatro mil millones de barriles de petróleo con valor de unos 90 mil millones de dólares. “Y no nos hemos desarrollado”, lamenta Acosta.
Hay también razones étnicas: allí viven pueblos “no-contactados” que forman parte de la nacionalidad Waorani, en aislamiento voluntario. La actividad petrolera de Chevron-Texaco entre los años sesenta y noventa del siglo XX provocó la desaparición de dos pueblos enteros, los Tetetes y los Sansahauris, entre denuncias que incluyen violencia sexual, abortos espontáneos, discriminación y racismo. Por último, el mero hecho de extraer ese petróleo pesado con alto contenido de azufre no sólo afectaría a la biodiversidad, sino que provocaría una emisión de unas 410 millones toneladas de CO2.
PETRÓLEO: LA SAVIA DEL AUTORITARISMO
El experto concluye que Ecuador, como todos los países que han pretendido desarrollarse con base en la exportación de petróleo y los recursos minerales, “ha consolidado una economía rentista, clientelismo político y gobiernos de tinte autoritario”. Es una cuestión que todavía está en disputa dentro del gobierno del presidente Correa y, también, en los gobiernos aliados en la región, sobre todo Venezuela y Bolivia, pero también Argentina y Brasil.

Quito mantiene abierta la opción del mercado de “bonos carbono” para los recursos adicionales obtenidos de la colocación de los Certificados de Garantía Yasuní. Con esos réditos financiaría proyectos de reforestación y el desarrollo de energías alternativas renovables para construir un camino distinto, el camino del “buen vivir” o Sumak Kawsay, en lengua aborigen. La administración de los fondos estaría a cargo de Naciones Unidas bajo el principio de corresponsabilidad del planeta.

—¿Y si hay un cambio de gobierno?

—Una base constitucional impide actividades petroleras en áreas protegidas y en territorios de pueblos aislados —dice el economista y ex ministro—; para hacerlo se requeriría de una autorización de la Asamblea Nacional y eventualmente de una consulta popular. Y si se extrae el petróleo, ese petróleo extraído pasaría a ser propiedad de quienes aportaron al fondo.
ALIADOS BOLIVARIANOS: INCONGRUENTES
Correa planteó la idea de la veda a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) —que su colega Hugo Chávez considera un arma geopolítica—, junto a la necesidad de introducir un impuesto a cada barril de petróleo que salga del subsuelo para crear un fondo ambientalista mundial, pero la propuesta no ha prosperado. El líder ecuatoriano enarbola además una iniciativa del Banco del Sur para un fondo de reservas latinoamericano relacionado con el Sistema Único de Compensación Regional, y apoya la iniciativa del Tribunal Internacional de Arbitraje de Deuda Soberana, pero el acompañamiento de Hugo Chávez, Evo Morales, Cristina Kirchner o Daniel Ortega es menos eficaz que su estridente retórica integracionista.

Un caso muy decepcionante para Correa es el de Evo Morales en Bolivia: aunque la nueva Constitución boliviana está inspirada en el desarrollo sostenible, la conservación de los recursos naturales y el medio ambiente, el líder indígena boliviano denunció recientemente a algunas organizaciones no gubernamentales que “usan a algunos dirigentes sindicales para oponerse y no facilitan las licencias ambientales para que haya más pozos y más petróleo”. Una paradoja: Evo reprochó a gritos a estas ONG que plantearon un proyecto para evitar se perfore en la Amazonia siguiendo la idea de Ecuador. Entonces quedó clara la esencia del modelo de Morales: “¿De qué, entonces, es que va a vivir Bolivia, si algunas ONG dicen ‘Amazonia sin petróleo’ (...) Están diciendo, en tres palabras, que el pueblo boliviano no tenga plata, que no haya regalías, pero también van diciendo que no haya el bono Juancito Pinto, ni la Renta Dignidad, ni el bono Juana Azurduy”, dijo Evo aludiendo a sus programas sociales, cuyos recursos provienen de la renta de la explotación de hidrocarburos, sobre todo gas.

Igual que las proclamas de Chávez para explotar con petroleras privadas y estatales de todo el mundo las reservas de crudo extrapesado en la cuenca del imponente río Orinoco, Evo sintetizó así los prejuicios, desconfianzas y estigmatización del tema ambiental por parte de los gobiernos que impulsan el denominado “socialismo petrolero”.

Víctor Flores García

7.12.09

No heredamos las tierras de nuestros padres.
Las tomamos prestadas de nuestros hijos.

Pensamiento Huaorani
"If you are coming to help us,
you are wasting your time.
But if you are coming because
your liberation is bound up with ours,
then let us work together."

Indigenous Elder
The Pachamama Alliance
Video

"They told us that if we really wanted to protect their land permanently, we would need to go to work in our part of the world. And as they put it, we would need to change the dream of the north, the dream of the modern world; a dream rooted in consumption without any reagrd to the consequences to the natural world or even our own future."

Pachamama Alliance Leader
Video

4.12.09

LO SALVAJE

Insisto en lo salvaje, porque en su existencia amenazada laten las pautas de un contrato natural, tan necesario en las sociedades que han olvidado c[omo se negocia con la naturaleza; no con la naturaleza domesticada, regulada, artificial, sino con la naturaleza insurrecta, demencial, invencible -con el estado salvaje de la entidad que damos por llamar naturaleza, y que cuenta entre sus bestias con el ser humano -bestias m[as o menos domesticadas, como en toda naturaleza, viva o muerta.

Leo Savages, de Joe Kane, un reportaje sobre los huaorani, un pueblo que admiro. Cita a Moi, uno de sus l[ideres (ir[onicamente lo cito en ingl[es -del huaorani, al castellano, al ingl[es, triple distorsi[on): "The whole world must come and see how the Huaorani live well. We live with the spirit of the jaguar. We do not want to be civilized by your missionaries or killed by your oil companies. Must the jaguar die so that you can have more contamination and television?"

Y yo lloro ante la muerte de lo salvaje. Desde que tengo memoria lloro. Cuando es la [ultima esperanza frente a una renegociaci[on, encuentro el desprecio a lo salvaje desgarrador, prepotente y de una ignorancia insoportable.

27.11.09

Ayer miré el documental CRUDE:
the Real Price of Oil

una historia pionera en la búsqueda informal, intuitiva, de un contrato natural. La sustenta la fuerza de los hechos de la geografía, de la tierra -el cuerpo sometido a una autopsia tardía que prueba, al hundirse en los trazos y las huellas innegables de la negligencia transnacional y nacional, que la violencia es social y medioambiental, y sus efectos, los de una guerra que nunca fue declarada, ni otorga tregua o armisticio alguno.

La recomiendo:
http://www.crudethemovie.com/
Michel Serres ha sabido poner en palabras lo que yo apenas era capaz de sentir. Lo comparto:

"Ahora bien, si existe un derecho, así pues, una historia, para las guerras subjetivs, no existe ninguno para la violencia objetiva, sin límite ni regla, así pues, sin historia... necesitamos, pues, nuevamente, bajo la amenaza de la muerte colectiva, inventar un derecho para la violencia objetiva".

"Si se pasa de la guerra a las relaciones económicas, nada notable cambia en el razonamiento. Quirino, dios de la producción, o Hermes, que preside los intercambios, pueden contener la violencia más eficazmente a veces que Júpiter o Marte y, para conseguirlo, utilizan los mismos procedimientos que este último. Dios único en varias personas, Marte llama guerra alo que los primeros llaman competencia: continuación de las operaciones militares por otros medios, explotación, mercancías, dinero o información. Todavía más oculto, el verdadero conflicto reaparece. Se repite el mismo esquema: por su fealdad y los residuos que accidentalmente arrojan, las fábricas químicas, los grandes criaderos de animales, las centrales atómicas o los gigantescos petroleros restablecen la violencia objetiva global sin otras armas que la fuerza de su talla, ni otra finalidad que la búsqueda, común y contractual, del dominio sobre los hombres.

Llamamos objeto-mundo a un artefacto en el que al menos una de las dimensiones, tiempo, espacio, velociada, energía... alcanza la escala del globo: entre los que sabemos construir, bomba o satélite, distinguimos los militares de otros puramente económicos o técnicos, AUNQUE PRODUZCAN RESULTADOS SEMEJANTES, EN VICISITUDES NO POR RARAS MENOS FRECUENTES, COMO LAS GUERRAS Y LOS ACCIDENTES.

Aliados de hehco por las mismas razones y contratos que antes, los competidores presionan con todo su peso sobre el mundo".

El Contrato Natural
Michel Serres

13.6.09

A lo largo del río, en su gradiente, todo parecía surrealista, un campo minado de Fellini, el bote espectáculo… Al llegar, lo irreal éramos nosotros; la mentira, nuestras vidas; la surrealidad, nuestra percepción embutida de mentiras…

Catedral de Río de Janeiro, Brasil

Miguel Sotomayor

Palacio de Itamaraty, Oscar Niemeyer, Brasilia

Los mismos temas de la selva se repiten en la arquitectura de Niemeyer: la pueblan quillas gigantes de barcos cargueros, la forma oblonga y alargada de las canoas, las membranas de plástico plegable/enroscable de las cubiertas de barco, las fachadas de los botes, el reflejo vivo sobre las superficies de agua, las columnas forestales, los horizontes verdes, la delgadez de las ramas que proveen celosías… la Modernidad de Niemeyer es otra modernidad, su cultura es la cultura de la selva; su civilización, la Civilización del Amazonas: grande, irreductible, impredecible, e irreverente de sinuosidades como sus bosques y sus aguas: una cultura que rinde continuo culto a lo femenino.

Macapá?

Descending through boats –transporting cargo/passengers through boats: interesting ‘port,’ interesting threshold: another way of understanding arrival and space…

José Julio: Macapá à Belém

Brasilia

Urbanismo pre-fabricado
Espejismos ministeriales
Desolación programada (programática)
Regularidad variable
Monumentalidad del detalle
Humanidad deshumanizada
Miesiana
Corbusiana
Niemeyeriana

Corsé del meandro
Incontenible

Gobierno
Del Amazonas
Proyecto Ampiyacu – cuenca de Witoto/Bora
Titulación comunidades
Obra de arte: lienzo tejido…
Urdimbres, hilillos longitudinales, transversales, en colores.

Patrones derivados de la naturaleza. Partituras musicales con fibras naturales.

Casave
The new forms that colonization is acquiring are related to the commodification of cultures (through tourism) and place.
Private reserves
Private/public reserves
We need to map the new geographies
Todo negro: pantalla negra: sonido de batido de huevos para el desayuno, sonido como metonimia.
"La bomba atómica de América Latina es el narcotráfico",
Lehrer, narcotraficante
Disfruta de ser senil en juventud
Fruto maduro cuando está verde
Personajes filmados en el perímetro, desde el centro de una mesa rotatoria.
Manolo
Me da su pan caliente, con orgullo, oruga que enrosca manos en harina, harina en agua de mar: flores de oruga tierra, sus cinturas bailan en las hojas de mi lengua, transformanse en mariposas pintadas de canto a lo elemental: pan, familia, lluvia, río.
Con harina escribe churos, enrosca el abrazo tibio de la vida. Gozo supremo el pan básico.
Me he quedado sin interlocutor, sin corresponsal, y sin correspondencia. Me he quedado quedada en su ausencia, de presencias insistentes, como toqueteos de imagen que no queremos recordar, como chapuzón de Leticia que llega fuerte, se desprende cúbico, se recoge cual cortina automática y se va para desmoronarse en aristas verticales de mundo cartesiano, en la misma ciudad, luego de algunos días, de la misma manera cubo-cúbico-se-da-la-vuelta; se vacía, no vuelve a verterse, sin volverse a llenar.
El foco de mi mirada sondea inquieto, en conos de cisternas angulares, mares negros de forestas más negras. Se cruzan por sus conos colores fugaces, miradas breves, pantalones de pierna azul. Las desapariciones de apariciones como arco iris fracturados en huesecillos, incitan el nerviosismo de los conos de mi ojo, mis ojos, que se multiplican en cámaras de fotos y vídeos, en proyectores magenta de teatros oscuros, imposible fijarlos en totalidad alguna: fragmentos, haces de luz, huellas nubladas de pasos, de viene y va… si pudiera encenderse el cielo entero. Mientras tanto, mi mirada no es más que relámpago de cielo purpúreo, apertura rasgada de obturador lineal… y miro, miro, miro… observo sin penetrar otra cosa que no sean las negruras y sus velos de espada fugaz.
Mientras otros se concentran en nacionalismos exhaustos y peligrosos, nosotros nos concentraremos en el proceso de integración necesario para sobrevivir y prosperar como región, en un mundo visceralmente competitivo.
Toda Colombia se ha volcado a las calles para celebrar la libertad y la intolerancia de la violencia –injustificable, dicen, los reporteros.
Ligadas por pantallas gigantes, se hilvanan las Colombias
Tocados, uniformes venidos de quién sabe cuál cuadro napoleónico, o nazi, o vietnamita…
Deleznables, somos deleznables.
Música, colores, armas…
El zoom de la cámara se hunde como la cabeza de una tortuga en su caparazón negro Sony. Y a la sony la meto en su cascarón negro Lowepro –anti.marca, genérico, barato.
Los estibadores en los puertos de luces teatrales, cuyos escenarios se encienden en proyectores de micro-estadio de fútbol, para el evento nocturno, matutino o diurno de la carga y la descarga sobre pisos resbalosos de planchas de acero o lodos milhoja.
El ayer de ayer no puede capturarse: navegamos entre dos mantos negros y especulares encendidos por la luna.
Saliva lunar, vómito de plata, escarcha densa, cascada de peces de luces en el río-mar: se desparraman como los trocitos de metal colgando de hilos de pescar desde la linterna en la capilla de Eero Saarinen.
En este mundo de micro-verticalidades y macro-horizontalidades, el alma se recuesta quieta, para erizarse en espinillas suaves de fruta, hacia las huellas en el firmamento, las contrahuellas del río mar.
Todo fluye, todo bate, todo fluctúa.

Sabor de seda.

Este mundo específico está cargado de agua pero no sabe a mar. Su aire no es salino, ni sus peces, ni sus delfines. Aquí todo es hoja en descomposición, barro, tierra líquida, olor a cueva y vertiente subterránea, lavado suave de embadurnamientos, vegetal que se ha hecho mineral, para tragarse a sí mismo y proveerse una capa de sustento, larga y delgada, como la cáscara arenosa sobre el cuesco, el cuesco sobre el fuego…

Atracan las lanchas paralelas a la costa, o perpendiculares.
Nos alejamos de Pevas, en el David Dennis, una ‘lancha’ más pequeña y acogedora. Por fin puedo balancearme sobre la hamaca y leer; escribir; dejarme acarrear, sin moverme, por la brisa; a los lugares remotos de la imaginación que el Amazonas engendra y atiza con cada ola.
El calor se condensa, se contrae sobre nuestras espaldas, la brisa lo expande entre ropas y pieles, lo disipa con fuerza transversal.
La selva ha sufrido de un enanismo.
¿Qué es orgullo sudamericano?
¿Visión conjunta?
Nos aproximamos a la costa de tanto en tanto, bajo el patrón típico de paradas fluviales, beso a beso, que comenzó en el Napo.
Todos duermen.
Yo discurro a la deriva de la energía filuda que me traen las lunas llenas, cuando las mareas rojas de mi cuerpo comienzan a chocar contra los acantilados de los huesos, las caderas se descalabran, y un mar de vida se va, memoria de esperanza entre las piernas.
Se me descuajan también la mente y las manos.

14.4.09

La escritura es un acto vegetal: el papiro, la corteza, el hongo… la selva es texto totalizante.

16.2.09

Núcleos ejecutores con mujeres
Políticas de subsidio
Pulsaciones impredecibles del río, respuestas humanas.

14.2.09

Issues of LIFE STYLE and CONSUMPTION PATTERNS need to be discussed within any reflection on sustainability.
The neglect: take the treasure and share the “charity” (la limosna).
Is this the % policy of private companies, rabid to increase profits in order to measure their success?
Los datos precedentes al viaje.
Los hechos, siempre parciales, del recorrido.
From SCAR-CITY to RECIPRO-CITY
The state/the condition of the cities along the Amazon, the degree of neglect and abandonment, speak for themselves: it is the mentality of extraction in its latest, most contemporary manifestation. The mentality of sucking, bleeding, taking –giving the minimum necessary or less than that in return: no reciprocity, no exchange, no investment in the land, unless investment relates to extraction of raw materials and their displacement.
Me perturba ver los mapas de las ciudades en las guías de viaje: muestran siempre un fragmento insignificante, mínimo, de la ciudad: el enclave "histórico" o comercial, cercado por el marco de la miope óptica del turismo, y pensar que determinan hacia donde se canalizará gran parte de los fondos de las inversiones de renovación urbana.
Colmenas de contenedores
El borde del agua que sube y baja y no es marino, no se resbala sobre pieles de anémonas ni acantilados que no sean estas carreteras y paredones construidos sobre tierra que alguna vez fue selva y aquí se olvida. El teatro de la Opera?
Atracamos… en pleno centro. En el corazón del corazón de la selva, el barco una espinilla dislocada y demente que regresa a ubicarse en el esqueleto de un pez. Ejércitos de cargadores con camisetas azules, o conductores, nos reciben. Del otro lado, al fondo, la línea inmutable de la selva, verde oscura, siempre engrosando el horizonte del agua, asfixiada entre dos firmamentos, se sostiene…

Manaus

Julio 26, 2008

Topografías de contenedores.
Grúas trípodes, rojo, amarillos, azul.
Silos, chimeneas, antenas de estructuras parabólicas –anuncio en Iquitos? del futuro amazónico.
Buques gigantes, barcos.
Es fácil olvidar que se está en un río de aguas dulces.
Que se acaba de abandonar los suburbios con caras de madera, sobre palafitos, estilo norteamericano meridional o Mississipi, con vacas y cerdos en los ranchos, y pastos de borde que se levantan en oleadas con el oleaje negro del agua, como una línea de gente que se contorsiona de alegría en un partido de fútbol con camisetas limón y chocolate.
En uno de los extremos de la ciudad, los parques industriales, el polo industrial, las maquilas; en el otro, las torres de los bancos y el comercio, las residencias orgánicas en las bahías intermedias, como pequeñas cúpulas de agua.
Puertos
Lanchas
Aviones flecha en el azul del cielo
Quebrantado el silencio del trayecto anterior
Una Marsella tropical
Gasolineras (estaciones de servicio) flotantes
Muelles largos con pieles de llantas, en el origen del caucho
El perfil de la selva y, detrás, remontando, el de las torres del centro comercial y financiero de Manaos.
Los barcos grises como tiburones de la marina brasileña
Los edificios como buques de carga gigantes
Cortázar fue un adelantado. La anti-estructura, o post-estructura, de Rayuela, que permite miles de lecturas posibles, deja claro, como los movimientos de generación digital dentro de la arquitectura, que todo resultado es, inevitablemente, arbitrario, pues constituye una posibilidad entre varias posibilidades.

The ultimate, inevitable, arbitrariness of language.
In the era of programmatic languages, of Speed codification…
Fuegos verdes
Por qué dedicarle tanto verbo, tanto adjetivo, al dolor?
En esta hora de las delicias, sé que he conocido el paraíso, y por estos momentos balsámicos, toleraré cualquier infierno.
Por eso no puede perderse la selva.
Es insustituible.
En una pila de huevos fritos, enorme, aplastante, se convierte el puerto aceitoso en cuyo flanco, acabamos de atracar.
Let them loose, let the inks dance loose in the soils, in the sky.
Ahora que se acorta la sombra, se reducen los espacios entre unos y otros. Nos apiñamos dentro de un recinto reducido, imponente, sin cercas. Las cercas de la sombra, potentes. Las cercas de la luz, solaces en el frío. Pero acá estamos, bajando, horizontales en pleno trópico. Dividido el espacio por las horas, los umbrales cambiantes de la persecución solar, hasta que estallen los colores de la tarde y la brisa barra las hojas del día.
Nos despertó la policía federal. Se encendieron las lámparas blancas que borraron la penumbra de atardecer enfermo de las lámparas rojas y naranja que alumbran la noche del barco. Rebuscaron hasta en los huesos de nuestras maletas, todas sus carnes, buscándoles el polvillo blanco que desemboca por estos ríos en el Atlántico y desangra al norte de Sudamérica.
Qué narices absorben las largas tiras de dólares. Qué cuerpos donan sus órganos frescos al mercado planetario, caníbal, e imposible de satisfacer… troglodita sistema global, de tentáculos y dendritas insaciables.

Tabatinga

Leticia

Santa Rosa

La historia de Colombia en los últimos 25 años es una interminable marcha fúnebre, solemne, trágica, dramática, silenciada a gritos… en alaridos de una cultura sublime, en un dolor que no cesa, una pasión que no rescinde ni retrocede… indemne.
Los personajes son yo, yo soy los personajes. Todos somos todos y ninguno.
Nuestras vidas son las mismas.
Historias contadas y repetidas millones de veces.
Cuán hermosas son esas florecillas que flotan solitarias, suspendidas, en el agua; con los brazos y las patas desplegados, bebiéndose el sol. Son los detalles mínimos del río selva. Se dejan arrastrar por la corriente, sin delirios, en la superficie del tumulto, dóciles, dulces, más dulces. Esponjosas.

Toratins

Atracamos en este pueblo de nombre dudoso: Toratins. No aparece en Google, ni lo registra el GPS. Es uno de aquéllos pueblos informales, recién nacidos, que ya tienen nombre pero aún no han sido presentados en el registro civil de las cartografías y la historia. Su existencia es extrañamente inestable, a pesar de la solidez de su presencia en este mundo.
El sol latiguea en esta hora ecuatorial…
esta hora perpendicular.
De los doce países que conforman América del Sur, tan sólo cuatro (Colombia, Ecuador, Perú y Chile) tienen costas en el Océano Pacífico.
La integración ocurre de manera espontánea en las fronteras; son sumamente porosas. Brasil juega un papel preponderante. En Iquitos se siente la influencia del portugués en el castellano.
Estadísticas secuestros en Colombia
Violencia, exportación de órganos humanos y desarrollo de la industria médica (transplante de órganos), particularmente en Medellín.
El Plan Colombia, el glifosato, la aspersión y la Amazonia.
Paradoxical: existing structures are subverted through capitalist, entrepreneurial insertions.

26.12.08

Iquitos es el tercer puerto más grande del Perú luego de Lima y Callao.

De Pantaleón y las Visitadoras,
la novela de Mario Vargas Llosa:

"Y, para comenzar, como todos los días, nuestra sección: UN POCO DE CULTURA. Nunca nos cansaremos de repetiro, amables radioescuchas: es preciso que elevemos nuestro nivel intelectual y espiritual, que ahondemos nuestros conocimientos, sore todo los que conciernen al medio que nos roeda, al terruño, a la ciudad que nos cobija.

Conozcamos sus secretos, la tradición y las leyendas que engalanan sus calles, las vidas y hazañas de quienes les han prestado su nombre, la historia de las casas que habitamos, muchas de las cuales han sido cuna de grandes prohombres o escenario de episodios inmarcesibles que son orgullos de nuestra región.

Conozcamos todo esto porque así, adentrándonos un poco en nuestro pueblo y nuestra ciudad, amaremos más a nuestra Patria y a nuestros compatriotas. Hoy vamos a contar la historia de una de las más famosas mansiones de Iquitos. Me refiero, ya lo han adivinado ustedes, a la conocidísima Casa de Fierro, como se la nombra popularmente, que se yergue, tan original, tan distinta y airosa, en nuestra Plaza de Armas y donde funciona en la actualidad el señorial y distinguido Club de Iquitos. El Sinchi pregunta: ¿cuántos loretanos saben quién construyó esta Casa de Fierro que sorprende y encanta a los forasteros cuando pisan el suelo ubérrimo de Iquitos? ¿Cuántos sabían que esa hermosa casa de metal fue diseñada por uno de los más alabados arquitectos y constructores de Europa y el mundo? ¿Quiénes sabían, antes de esta tarde, que esa casa había salido del cerebro creador del genial francés que a comienzos de siglo levantó en la ciudad luz, París, la torre de fama universal que lleva su nombre? ¡La torre Eiffel!

Sí, queridos radioescuchas, como lo han oído: la Casa de Fierro de la Plaza de Armas es obra del audaz y muy renombrado inventor francés Eiffel, es decir un monumento histórico de primera magnitud en nuestro país y en cualquier parte del mundo. ¿Quiere decir esto que el famoso Eiffel estuvo alguna vez en la cálida Iquitos? No, nunca estuvo aquí. ¿Cómo se explica, entonces, que esa magna obra suya destelle en nuestra querida ciudad? Eso es lo que el Sinchi les va a revelar esta tarde en la sección UN POCO DE CULTURA de su programa...

Breves arpegios.

Corrían los años de la bonanza del caucho y los grandes pioneros loretanos, los mismos que surcaban del norte al sur y del este al oeste la espesura amazónica en busca del codiciado jebe, competían deportivamente, para beneficio de nuestra ciudad, en ver quién construía su casa con los materiales más artísticos y costosos de la época. Y así vieron la luz esas residencias de mármol, de adoquines y fachadas de azulejos, de labrados balcones que hermosean las calles de Iquitos y nos traen a la memoria los años dorados de la Amazonía y nos demuestran como el poeta de la Madre Patria tenía razón cuando dijo "cualquier tiempo pasado fue mejor". Pues bien, uno de estos pioneros, grandes señores del caucho y la aventura, fue el millonario y gran loretano Anselmo del Aguila, quien, como muchos de sus iguales, acostumbraba hacer viajes a Europa para satisfacer su espíritu inquieto y su sed de cultura. Y aquí tenemos a nuestro charapa, don Anselmo del Augila, en un crudo invierno europeo -¿cómo temblaría el loretano, no?-, llegando a una ciudad alemana y alojándose en un hotelito que llamó poderosamente su atención y le encantó por su gran confrot, por el atrevimiento de sus líneas y su belleza tan original, ya que estaba íntegramente construido de fierro. ¿Qué hizo entonces el charapita del Aguila? Ni corto ni perezoso y con ese fervor por la patria chica que nos singulariza a la gente de esta tierra, se dijo: esta gran obra arquitectónica debería estar en mi ciudad, Iquitos la merece y la necesita para su galanura y prestancia. Y, sin más ni más, el manirroto loretano compró el hotelito alemán construido por el gran Eiffel, pagando por él lo que le pidierion sin regatear un céntimo. Lo hizo demontar en piezas, lo embarcó y se lo trajo hasta Iquitos con tuercas y tornillos inclusive. La primera casa prefabricada de la historia, queridos oyentes. Aquí, la construcción fue montada con todo cuidado, bajo la amorosa dirección del propio Aguila. Ya saben la razón de la presencia en Iquitos de esta curiosa y sin igual obra artística. Como anécdota postrera es preciso añadir que, en su gesto simpático y en su noble afán de enriquecer el acervo urbanístico de su tierra, don Anselmo del Aguila cometió también una temeridad, al no percatarse que el material de la casa que compraba era muy adecuado para el frío polar de la culta Europa, pero algo muy distinto resultaba el caso de Iquitos, donde una mansión de metal, con las temperaturs que sabemos podía constituir un serio problema. Es lo que sucedió, fatalmente. La casa más cara de Iquitos se reveló inhabitable porque el sol la convertía en una caldera y no se podían tocar sus paredes sin que a la gente se le ampollaran las manos. Del Aguila no tuvo otro remedio que vender la casa a un amigo, el cauchero Ambrosio Morales, quien se creyó capaz de resistir la infernal atmósfera de la Casa de Fierro, pero tampoco lo consiguió. Y así estuvo cambiando de propietario año trás año, hasta que se encontró la solución ideal: convertirla en el Club Social de Iquitos, institución que está deshabitada en horas del día, cuando la Casa de Fierro echa llamas, y se realza con la presencia de nuestras damitas más agradicadas y nuestros caballeros más distinguidos, en las tardes y noches, horas en que el fresco la hace acogedora y templada. pero el Sinchi piensa que, teniendo en cuenta su ilustre progenitor, la Casa de Fierro debería ser expropiada por la Municipalidad y convertida en un museo o algo parecido, dedicado a los años áureos de Iquitos, el período del apogeo del caucho, cuando nuestro preciado oro negro convirtió a Loreto en la capital económica del paìs. Y con esto, amables oyentes, se cierra nuestra pirmera sección: UN POCO DE CULTURA".

20.12.08

Universidad Particular de Iquitos

Visitamos la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Particular de Iquitos, la única en los seis departamentos de la Amazonia peruana, y entrevistamos al Arq. Fernando Recalde, su Decano. ¿Qué propone? Diseñar desde adentro; contribuir a mejorar la calidad de vida de la población; investigar híbridos urbano-rurales; experimentar con metodologías de diseño que respondan a la realidad bio-climática y socio-cultural de Iquitos; promover lazos de cooperación con otras instituciones de América Latina y el mundo. Llevan a cabo programas de intercambio con la Universidad de Florencia, institución que estuvo a cargo del proyecto Amazon Eco-Park.
Nos habló de UNAMAZ (Asociación de Universidades Amazónicas), cuyo campo de investigación es toda la hoya amazónica. Por él supimos que hay 46 arquitectos registrados en el Colegio de Arquitectos de Loreto (un dato que habrá cambiado desde que lo obtuvimos) y aproximadamente 200 en los seis departmentos de la Amazonia peruana, cuya población constituye un 3% de la población del Perú, y produce un 3% del PIB del país. Conversamos sobre la economía extractivista que a menudo acecha a la Amazonia y sobre la ausencia de un ordenamiento territorial en una región donde la ocupación del territorio va de la mano de las políticas económicas globales (y engrosa el PIB nacional, no el local). La Amazonia como despensa del mercado transnacional, las concesiones forestales, las concesiones petroleras y mineras, etc. etc. Conversamos sobre el IIRSA, el tema de las infraestructuras y la competencia entre ciudades por convertirse en nodos centrales dentro de las nuevas redes de comunicación . Nos explicó el Arq. Recalde que no se puede acceder a Iquitos y Uribaes cuando baja el nivel del agua, una desventaja comparativa frente a Saramiriza, que no sufre de este problema. Sin embargo, se ha establecido una pugna entre Iquitos y Uribaes por la supremacía como paso en el eje amazónico. Con respecto al transporte aéreo, sorprendentemente, ninguna empresa aérea está asentada en Iquitos. El comercio es la principal actividad económica de esta ciudad que controla la economía y política de Loreto. También se ha convertido en un lugar de paso de drogas. La energía se genera con residuos del petróleo, una típica industria de la extracción que no deja valor agregado. El Arq. Recalde opina que la diferencia de nivel entre el Napo y el Amazonas provee una oportunidad excelente para generar energía hidroeléctrica. De hecho, Electro-Oriente está a cargo de desarrollar la Central Hidroeléctrica de Mazán.
Cuando le preguntamos cómo describiría a Iquitos, el Arq. Recalde responde: "Es una ciudad grande pero no es una gran ciudad". Añade: "O se hace una cirugía mayor en la ciudad o la refundamos". Su sueño es que se convierta en un prototipo de ciudad ecológica y por eso enfatiza el tema medioambiental en su programa de estudios. En su facultad dictan cursos entre 11 y 12 arquitectos y un par de ingenieros a 150 estudiantes. La Facultad no ha logrado articularse con el Municipio de Iquitos, a pesar de que le gustaría establecer canales de colaboración. Para poder involucrar a la comunidad en los procesos de diseño, y por sobretodo, para ofrecerle un servicio, la Facultad ha creado unos consultorios técnicos gratuitos conformados por equipos que trabajan en temas relacionados con la mejora de los barrios marginales. Su acción-misión recuerda a la tradición de los "arquitectos del pueblo" de Cuba: profesionales que, como los "médicos del pueblo", ofrecen sus servicios en las zonas más necesitadas.
Otro tema de interés que surgió en la conversación fue el papel que juega Brasil en la región amazónica. Existen proyectos de expansión brasileña a lo largo del eje amazónico. Recalde se remite a los bandeirantes y al capitán portugués que desde el Atlántico llegó hasta Quito (en ruta invertida a la de Orellana). La lucha por el Amazonas es histórica y no ha cesado. Siguiendo el modelo brasileño de Manaus, Iquitos aspira a constituir una Zona de Libre Comercio. Nos habla sobre la necesidad de construir puentes sobre Bellavista y el río Nanay. Nos invita al Congreso Internacional de Estudiantes Universitarios de la Región Amazónica, que se llevó a cabo entre el 1 y el 5 de septiembre (2008) en Iquitos. Nos explica que Iquitos está a orillas del Itaya, ya no del Amazonas, cuyo movimiento es tan inquieto que modifica incesantemente las condiciones geográficas. "Es un río vivo, irreverente", nos dice, y los puertos pasan de ser puertos vivos, húmedos, a ser puertos secos, muertos. Nos recomienda buscar cartografías de navegación en la Dirección de Hidrografía de la Marina de Guerra. Nos explica que su facultad propone el uso de conectores transversales entre meandros para mitigar los efectos del movimiento del río. El rango de cambio entre los extremos de la expansión y la compresión son considerables. Los meandros se encogen y se alargan. "Habría que conformar grupos multi-disciplinarios con geólogos, hidrógrafos, geógrafos, etc. para diseñar sistemas de navegabilidad en el Amazonas", sugiere. Cuando le preguntamos si nos podía recomendar bibliografía relacionada con los procesos de colonización, ocupación y urbanización de la Amazonia, nos recomendó la tesis de Avencio Villarejo, quien concentró gran parte de sus esfuerzos de investigación en describir los viajes de exploración que han contribuido a abrir rutas, y han servido para hacer levantamientos de recursos naturales, geografías descriptivas y etnografías primerizas. Discutimos sobre el componente patrimonial de ciudades amazónicas como Iquitos, cuyo tejido histórico es de una riqueza incalculable y necesita ser recuperado. Conversamos sobre la carretera que vincula a Iquitos con Nauta, que si bien fue financiada en su totalidad por el gobierno local, terminó por presentarse oficialmente como obra del gobierno nacional, en dos inauguraciones. Por último, este entretenido arquitecto, nos habló sobre el Comité Cívico contra el ruido y la necesidad de obtener donaciones de libros (anotó que Colombia no grava los libros, por lo que la mayoría de importaciones de libros se llevan a cabo en Leticia).
Lo que nos contó el Dr. César Ramal Asayag, oriundo de Arequipa, en el Hospital de Iquitos:
SUELDO: el sueldo médico equivale al sueldo básico de 1994, la época en que Fujimori re-estructuró el sistema de salud pública y promovió la implementación de servicios de salud a lo largo y ancho del Perú.
NECESIDADES ACTUALES DEL HOSPITAL: El hospital necesita pintura, una radio y motores para poder dar servicios en el río Ucayali. Existe una flotilla de enfermeras que se dedica a vacunar a los habitantes a lo largo del río.
MALARIA: En 1997 se reportaron 120.000 casos de malaria en Loreto. Se creía posible erradicarla; sin embargo, incrementó. La OMS (Organización Mundial de la Salud) creó un núcleo de control de malaria, una enfermedad que ha sido clasificada como infecciosa emergente (emerging infectious disease). El Dr. Ramal nos narró el caso de los mosquiteros transparentes que fueron repartidos en Loreto como medida para reducir la incidencia de malaria. El proyecto fue un fracaso porque no se tomaron en cuenta aspectos culturales. Los mosquiteros se utilizaron como redes de pesca o fueron puestos a la venta a cargo de ropavejeros. Los mosquiteros oscuros y opacos han tenido un mayor éxito, pues proveen privacidad a la vez que protegen de las picaduras de los mosquitos (cumplen la función de filtro, subdivisión y mosquitero). This is a micro example of how good intentions and ‘development projects’ can fail, when technical solutions don’t cross a cultural filter (a technical solution that fails culturally). Are we going to do the “mosquito net” solution/Project of architecture and territorial planning?
Margaret Kosek, del Centro para la Salud Global (Center for Global Health) Johns Hopkins, está llevando a cabo proyectos de investigación y prevención de malaria en Iquitos. USAID ha contribuido a mejorar los establecimientos de salud de Iquitos y GATS (General Agreement on Trade in Services) provee ayuda técnica. El gobierno del Perú, por su parte, ha instaurado el Sistema Integral de Salud y el Seguro Integral de Salud.
ENFERMEDADES VENEREAS: la tasa de infecciones sexuales en Iquitos es más alta que en Lima.
ACTIVIDADES ECONOMICAS ALTERNATIVAS: el gobierno peruano promueve la siembra de sacha inchi. Entrega tierras a quien esté dispuesto a sembrar un mínimo de 12 hectáreas de esta planta que contiene 20 aminoácidos y de la cual se extrae un aceite que no contribuye a incrementar el colesterol ni altera las grasas. Una siembra produce 20 años de cosecha. Habría que preguntarse, sin embargo, qué consecuencias podría tener para la Amazonia peruana la siembra masiva de sacha inchi.
Etnias de la zona: achuares, urarinas y quichuas.
Entrevista a médico en el Centro de Salud de Iquitos:
¿Cuáles son las enfermedades más comunes entre la gente que acude al Centro? Las diarreicas, una de cuyas principales causas es la falta de potabilidad del agua. También son comunes las enfermedades respiratorias, causadas por los cambios climáticos y el estiaje. Por último, están siempre presentes enfermedades crónicas como la diabetes, el colesterol elevado y la hipertensión.
¿Cómo funciona la dinámica de aseguramiento en Iquitos?
Nuestros pacientes tienen aseguramiento público. El servicio es gratuito para quienes se ubican en el primero y segundo quintiles de pobreza. También hay un seguro subsidiado y otro que depende del pago de aportaciones.
¿Tienen capacidad suficiente para atender a todos los pacientes que acuden al Centro? A veces el sistema colapsa. La demanda sigue siendo superior a la oferta. Los médicos, este rato, tienen que atender, en promedio, a 25, a veces hasta 30, pacientes. Desde el punto de vista de los equipos, enfrentamos el problema de la obsolencia. Muchas de nuestras máquinas ya no sirven y no nos permiten cumplir a cabalidad con nuestras funciones. Para contrarrestar esta deficiencia estamos colaborando con las agencias de cooperación internacional de Corea y España.
¿Se han llevado a cabo acciones para mejorar la provisión de servicios básicos? El proyecto Agua para Todos construyó 7 pozos de almacenamiento de agua. Es un avance, pero no logra abastecer a toda la población y la calidad del agua todavía necesita mejorar.
¿Dónde podemos encontrar datos estadísticos sobre los índices de enfermedad en Iquitos? En la Dirección de Salud, en la oficina de Servicios de Salud; o en el Hospital Regional, en Epidemiología.
¿Cómo manejan las diferencias entre medicina tradicional y medicina institucional cuando los pacientes solicitan la primera? En las periferias de Iquitos la gente suele acudir primero a la medicina tradicional y luego, cuando no logra los resultados deseados, busca tratamientos convencionales. También son muy populares los "frescos": una serie de extractos que sirven para prevenir o curar varias enfermedades. Son un excelente ejemplo de sincretismo de la medicina tradicional y la occidental.
¿Enfrentan problemas por el relativo aislamiento de la ciudad? Al fin y al cabo, a Iquitos solamente puede accederse por vía aérea o por el río. Necesitamos con urgencia una carretera. La dinámica del río es compleja; es muy inestable e impredecible. Ocurre a menudo que nos vemos obligados a referir a nuestros pacientes a hospitales de mayor nivel en Lima, Arequipa o Trujillo. Trasladarlos es difícil, pero nos vemos obligados a hacerlo, porque no tenemos la capacidad para llevar a cabo operaciones que demandan especialistas. Tenemos un serio déficit de profesionales. Si lo pudiéramos suplir, y mejorar nuestros hospitales, no tendríamos que acudir a otros centros. Por ahora, sin embargo, es inevitable que lo hagamos.
¿Qué servicios médicos ofrece este centro? Nos concentramos en servicios de prevención, obstetricia y promoción (educación). Los hospitales se clasifican por niveles y subniveles. Nosotros pertenecemos a los niveles 1, 2, 3 y 4.
¿Qué criterio rige la clasificación? Entre otras cosas, el número de especialidades y subespecialidades ofrecidas.
¿Tienen ustedes clínicas flotantes? Sí, tenemos dos barcos que sirven a las comunidades más alejadas. Uno de ellos tiene su base en Belén.
¿Cómo están los índices de HIV y SIDA en Loreto? Altos. La industria sexual es prominente a lo largo del río. Eso incrementa la incidencia del SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual. Las estadísticas, sin embargo, deben estudiarse tomando en cuenta que ha incrementado también el número de denuncias. Es decir, el hecho de que recabemos más información que antes no necesariamente significa que las enfermedades hayan incrementado en la misma proporción.
¿Se está haciendo algo para contrarrestar la incidencia del SIDA? Sí. Hemos realizado varias campañas de concientización y repartimos condones de manera gratuita.
Hemos notado que la explotación sexual de niños es común en la zona. ¿Qué se está haciendo al respecto? El tema de la explotación sexual de niños es difícil. La idiosincrasia de las culturas locales no ayuda, puesto que entre las comunidades indígenas los matrimonios entre adolescentes son comunes. A niños de 12 años se los considera aptos para reproducirse. La mayoría tienen hijos entre los 14 y 16 años. Es decir, su vida sexual comienza algunos años antes que en otras culturas contemporáneas.